POEMAS DE LOS EXTRAVIADOS – de Claudia Vila Molina

Poemas extraídos del  libro Los Extraviados

Desnudez terrenal

Hace algunos años, el viaje volvió a rescatarnos y cada vez que mi mente se halla extraviada, los colores cambian continuamente.  Tú y yo nos envolvemos en estos lazos y descubrimos el sentido y así desnudas podemos atarnos a las raíces y volver a los ritmos de la tierra. Nuestras hojas comienzan su verdadero peregrinaje, saltamos las líneas que nos mantienen separadas, porque el dolor se vuelve arcilla y es un rastro que quisiéramos desconocer; pero el canto tiene otros matices, llamaradas diferentes: bocas se alimentan del tiempo y ojos comienzan a mirar.

♣♣♣

Estación de trenes (Humedal)

Un domingo galopa detrás de los esteros
es noviembre en nuestro territorio
gastado por la pureza
de aguas que nombran las cosas
(como si fuesen conocidas)
es noviembre cuando transitan caballos por el arenal
y se mueren los gritos de extranjeros
que pasan corriendo por las vías del tren
Aunque es noviembre el clima aúlla
siente un peso sobre las espinas del aire
y otras formas persisten en atravesar estos campos
no sabemos poseer nuestros propios cuerpos
callamos cuando deberíamos prender las fogatas
y volver a los refugios
desistir entonces de vagar por tierras extrañas
donde no nos sentimos reales
porque somos forasteros hemos herido a la tierra
el tren de la estación llega tarde a esta hora
y nadie se sube a los vagones.

Cementerio de Lautaro

1

Dentro de mi cabeza construyo el hospedaje de tus
restos
y el verde se prolonga hacia los últimos peregrinos
Escucho el rayo que toca tu sangre
y va despojándonos de nuevas evidencias

2

El rayo de luz se alberga dentro de los cuerpos
y ellos surgen azules en mi memoria
son como poemas distorsionados por el susurro
o huérfanos que se duermen entre las ramas de ese
bosque

Suenan las piedras del río
suenan los truenos de la muerte
suenan los espectáculos de la interminable sorpresa

4

La casa mutilada de tu ausencia
tiene los días contados

5

Tus manos buscan los lápices y los cuadernos
dentro del estante donde entran las cavilaciones.

 

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Claudia Vila Molina é profesora de lenguaje y comunicación de la PUCV, poeta, estudiante de Magister en Literatura Comparada en la universidad Adolfo Ibáñez.