Arqueológicas III*
Lo visto
pertenece al plasma
y sus relaciones
con la masa cerebral
absorta
en desmenuzar imagen
y secuencia.
Velocidades de un afuera
en comarcas
del sentir.
No hay permanencia
en lo que tiempo
ofrece
ni exactitud
detrás
del vórtice.
La deducción
del contorno
contradice
al paradigma
quántico.
La destrucción
del contorno
contradice
al ser
de Buda.
Agua que irriga
un mismo
azogue
Suero que fluye
del envase
al que da forma.
Que contiene y
la contiene.
Electricidad
crea un Holograma
al final del triángulo.
Profunda,
en la caja negra
del trauma,
la luz describe trayectorias.
Receptor afiebrado,
no clasifica,
traduce zonas de dolor.
Así todo receptáculo
en el instante
de escrutar
un bulto
Astro de carne
región sonámbula
sol que se entume
escupitajo azul
Tu antorcha no tiene nombre
Tu boca no tiene forma
Me atrapa su doble espejo
Porción donde nazco y grito
Sobre el mantel, un vaso.
Árbol sin ramas de opal y luz.
El siglo se desfiguró en su centro.
Quien lo miraba hoy es de piedra.
El vaso sigue ahí.
Aspas de sombra vierte sobre núcleo
de una mesa marrón.
En todo apartamento hay cierta mesa
donde un vaso escupe manchas duras,
flores de resurrección y cromo.
Ten cuidado al mirar un vaso
la vida te calcine y seas cable.
En sueños almacén de soja, verduras acalambran su pelaje. Ocluida entre bacinilla y estrechez de túnel, la rata escribe.
Ancestros lo refieren en sus númenes Laderas de arroz y trigo, murallas de jurel. Mundos bajo el mundo. Memorias de un tiempo azul.
¿Qué acústica y periodos consagrar a mis carnales, temerosas en los caños del orín? Con ojos rosados de escarbar practico un código. El sol alumbra, oh Baudelaire, mis cepas bacterianas. Dales a mis uñas rencor, agrega una humildad budista.
para Ernst Lanzer (1878-1911)
Mejor que lapidaciones morales
la leche atroz
de la poesía.
Amamanta muertos
ciegas próceres
libera proscriptos
pone sal
en cada escrófula.
Es terror verdad
y máquina.
Lo múltiple en la particularidad de este minuto. El hombre y su cosmos cotidiano. Vendedores de lechuga, carromatos de leche que empuja un chino gesticulante, arquitectura arbórea y animal. Lo asiduo en la severidad de este minuto. Evaporado, sumido en tu negocio: canje de significancias. Religión que crea signos no-adorables. Palabras en espacio. Rostro al que decides nombrar, provisoriamente, poema.
No al follaje sino a la oscuridad. Una frotación y otra frotación. Su idioma ofrece a nuestra ruina los dintornos y partículas. Alumbra esquemas de tu sangre. Tiza (en llamas) desdibuja el mundo en hora muscular del sueño. Una frotación y otra frotación.
Duro en
su blindaje
un gorgojo
anexado
al copiloto (también muerto)
anillas nudiformes por un río (blanco)
cual objeto japonés
de láminas.
*Los poemas publicados “Arqueológicas III”, pertenecen al cuaderno “Poemas y Entopoemas” de próxima aparición bajo el sello Arcano).
♦♦♦
José Carlos Sánchez-Lara (Cienfuegos, Cuba, 1969). Poeta, narrador. Su primer libro (Regiones, Premio Nogueras, 2003) se considera un libro raro dentro de la vanguardia literaria en Cuba de la última década. El crítico Ismael Gonzales Castañer lo incluye entre los textos más “rupturales”,”innovadores”, “anticonvencionales” y “sumamente experimentales”, producidos en el periodo (Cuba Literaria. “Veinte años del Premio Luis Rogelio Nogueras”). Textos suyos han aparecido en revistas cubanas, norteamericana, suramericanas y del Caribe. Ha representado a su país en dos Festivales internacionales de Poesía. Impartió los talleres de literatura “El Caso Monterroso” (micro-narrativa) para alumnos de la UPR; y “Texto y Objeto” (poesía objetivista). Ha enseñado arte en The Glenda Kotchish Artworks. Actualmente enseña de manera privada, en un Art Center en la ciudad de Concord, California.
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