2
Soñé que las palomas volaban como monedas
hacia las antiguas piletas de avenida 9 de julio
y ahí me esperaban las lechosas con sus
corona de carruajes, de maratones, de barricadas
extendiendo hacia mi cuello
y la avenida 9 de julio era un desierto
en verdad toda la Capital Federal era un desierto
(tú eras un desierto y me mirabas)
todo era una gran meseta de arena ocre que destellaba rayos de colores reflejos de Historia como gritos
porque de los edificios abandonados de la avenida
colgaban millones de asentamientos humanos
que buscaban la esperanza en los astrólogos imaginarios
esos que ahora gobernaban los países abandonados después
de lo fines del mundo
soñé que el obelisco era una joya en el desierto morado
que del Río de la Plata solo quedaban los yacimientos petrolíferos
oxidados y disecados
(tú eras el yacimiento y explotabas)
y danzaban las sectas de colores todos los viernes
al atardecer cantando los coros humanos
recordando la gloria que alguna vez hubo
cómo el mejor de los campeonatos de polo en los country y en las fincas
algunos andaban como en una bicicleta llevando
mensajes de los territorios perdidos más allá del desierto habitado
allá donde se supone no quedaba nadie
el eco de señales de radio
el griterío de los bebés abandonados
el llanto de los soldados en la cordillera
la agonía de los colonos que se ahogaron
en la última maratón de los que escapaban
de las inundaciones perpetuas transandinas
(ese país ya no existe pero tú sí)
y seguían andando como en una bicicleta
recitando los mensajes como poemas
como si con eso nacieran flores globos espejos burbujas
(tú eras las burbujas pero estaba el desierto y yo era el desierto)
♣♣♣
8
a mi me llaman el colorino
porque rescato los fuegos artificiales de los infartados
los sueños de los drogadictos
y las bendiciones papales de los desquiciados
e inventamos en el brocal de las botellas
las sinfonías los finales
los mediáticos créditos fílmicos
el cancionero fatalista de los hospitales
para que celebremos la escuela de los esclavos
la escultura de los pañuelos
en el adorno de los discursos
de los chiquillos del poder
los niñitos de las financieras que creen que han descubierto
a dios en los manuales de supervivencia
y repiten como un canto: “el estado tiene una función subsidiaria”
y repiten repiten y repiten
el mantra tántrico
la mentira de las mentiras
el escapulario de las tumbas
pero
nos queda el ravotril a borbotones
las ampollas de morfina gratuitas, públicas y de calidad
nos queda la lucha armada
y las reuniones molotoveras
para hacer germinar toda la poesía como una expulsión gástrica
donde podría hacer que sucedan hasta los versos galácticos:
hasta el temblorcillo colorino
♣♣♣
12
soñé con el levantamiento kawésqar
volcanes dándose vueltas en milenarios tornados satánicos
mientras el arca kercis definía la extranjería de los colores del mar
y los ríos se dibujaban arriba en el cosmos de las rocas
la arcilla de los lagos
el murmullo de las estepas
(tu cuerpo se estremecía con el fuego y no te veía)
y así una vez más se precipitaba la revolución futurista del alacalufe de orión
con sus diez mil naves cantando las
óperas del origen de los canales: la civilización de las luces: el estremecer: griterío
hacia el ritmo de las cavernas
que se inventan con la copulación del hielo
(tu cuerpo desnudo subiendo hacia el éxtasis y no te sentía)
todos eran modos de combates del fin del mundo
contra la catarsis de los dioses
como una estampida de guanacos sucediendo en los úteros cobrizos
de los pueblos de nácar
creando el espectáculo perpetuo de los desesperados
(precipitan tus ruidos y así nace la extremidad de las islas y te gimo)
soñé con el levantamiento kawésqar
hacia las estatuas de cenizas
que habían construido los extraterrestres en el inicio del norte: la magnificencia: el desprecio:
el arca kercis en la resistencia de los esclavos: la guerra de las leyendas así explotando como nubes de alcohol
sucediendo en una maratón de fogatas
en el transcurso de tu cuerpo ahí crepitando
(te toco)
♣♣♣
22
cataratas
aparecen cataratas en el fondo del jardín
dibujando ángeles
28
Jackie
tiene unos ojos gigantes verdes como el amazonas
preciosos
como el suspiro de los humanos dementes
pero lloran a través del temporal del silencio
y esto solo es un designio de su historia oculta
del porqué está acá en esta clínica diminuta
de ese 21 de diciembre
el día
que quiso matar a sus tres hijos y suicidarse
argumentando que ni todo el oxígeno de este planeta le era suficiente
para hacer renacer el torrente de sangre de su corazón morado
de sus piernas de mariposa
de sus manos drogadictas
Jackie
tiene nombre de primera dama
pero no les importó
a los animales que se la violaron cuando tenía 12 años
ni menos para su marido que le hacía el arte del boxeo
en su cara
cada quince días después de su virtuosidad en el Club de Golf
a pesar de todo eso
cantaba precioso a los gatos del recinto psiquiátrico
y contaba las historias de Oswald Denis
en sus periplos para transformarse
actor de Hollywood
que derrochan al arte como sueños que digan
los versos asiáticos
transcoloridos
como cantos del coro más allá del horizonte de espejos
Jackie quería morir
en los limbos del misterio y el excremento
como depuración de los azúcares
de sus ojos gigantes verdes como el amazonas
preciosos
como el suspiro de los humanos demente
♣♣♣
31
Hubo días que podía imaginar centenares de manifiestos
que construían catedrales y bodegas
con redondas cúpulas celestes que mostraban un teatro de payasos
también existían los pájaros blancos: la blancura de los blancos: los pájaros saliendo
y entrando en las lagunas lunares que hablaban: que recitaban pestañeos.
El poeta se arrodilla y ora:
Tú eres la Santa Marta de los Prostíbulos, diadema de los espectáculos que te reaparecen en los circos de magia de los hombres atléticos desnudos y chorreados con la inmensidad de las ondas galácticas, y los caballos de plata y las series de la cinematografía.
Diáfana hasta la negritud de las orgías, esas que provocan que nazcan las ángeles nubias en los arcos del inicio del paraíso de los cantos que provocan el caos de la anarquía prioritaria de los pensamientos azules.
Santa Marta de los genitales morados que desfilan en el nacimiento de Elizabeth Ann Short, y aunque te quiera recitar las canciones del nuevo amor, es inevitable la masacre de tu cuerpo. Martita telúrica, asesina viral, fanática de los videos de internet, momificadora de la pornografía.
Santa Martita, tetona jugosa, bisexual escondida, elevamos el canto de todos los nuestros, de toda la comunidad escondida elevada: exaltada: fundadora: rascacielos.
Repitan conmigo: Ruega por nosotros santa Madre de Dios, Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
♦♦♦
Alberto Cecereu (Valparaíso, 1986)Poeta y profesor. Es Licenciado en Historia y Licenciado en Educación.
En sus inicios fue becario del Taller de Poesía de La Sebastiana, Fundación Pablo Neruda y miembro del Seminario de Reflexión Poética de la misma institución. En 2005 publica su primer libro de poesía, “Noticias sobre la Inmanencia” (Ediciones Altazor), y en 2016 “Los Exaltados” (Ediciones Altazor). En este 2018, publicará su plaquette “Los Ermitaños” en Trizadura Ediciones y prepara su próximo libro, “El Delirio” en Ediciones Filacteria para 2019.
En 2006 se le otorga la Beca a la Creación Literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para escribir “Los Viajes del Druida” (que aún permanece inédito). Ese mismo año gana el Premio Enrique Lihn de la Universidad de Valparaíso.
Su poesía aparece en la Antología El mapa no es el territorio (Editorial Fuga, 2007), además de diversos medios de Chile y el extranjero. Es traducido al inglés y publicado en California Quaterly (Volume 2, Number 2) de Estados Unidos.
Es colaborador y columnista habitual de SITIOCERO (www.sitiocero.net), un espacio de expresión y comunicación de una comunidad diversa y plural, donde publica escritos concentrados en la crítica social y la reflexión de la realidad.
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