RESEÑA & POEMAS DE Claudia Isabel Vila Molina

 

RESEÑA

Escritora nacida en Viña del Mar, Chile.  Poeta, profesora de lenguaje de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y crítico literario.

Desde los 15 años escribe poesía. Ha formado parte de diferentes talleres literarios. En el año 2011 participa del taller de escritura creativa a cargo del profesor y poeta Gabriel Castro realizado en Quilpué y dependiente de la municipalidad de esa ciudad. El año 2012 publica su primer libro de poesía (en forma independiente) llamado Los ojos invisibles del viento, también en ese año se publica una antología en conjunto con otras escritoras pertenecientes al taller denominado Madera de luna. Durante el año 2016 asiste al taller de poesía de la PUCV llamado Carlos Pezoa Veliz a cargo del profesor, poeta y doctor en Literatura hispanoamericana y poesía Claudio Guerrero. Actualmente está trabajando en su segundo libro de poesía.  Además ha sido publicada en la revista digital Letras de Chile wwwletrasdechile.cl con los poemas: Señales climáticas, Utopía, Saciedad entre otros, en la misma revista ha expuesto dentro del ámbito líneas investigativas literarias, el ensayo “Lo ominoso como un factor preponderante en el cuento Gómez Palacio” de Roberto Bolaño, además de comentarios críticos a los libros de poesía Lengua de Señas de Enrique Winter, Ventanas Quebradas de Rodrigo Verdugo, Cuartos de motel de Giovanni Astengo y Cuchillos de María Alejandra Basualto. Ha aparecido en el blog Antología absoluta de la poesía chilena con su obra Domicilio N° 69, en la revista Mexicana Marcapiel y  ha sido editado su poemario Ciudad Prohibida por la Montecristo cartonero. Recientemente, han sido publicados tres poemas suyos en la antología homenaje al poeta y collagista chileno Ludwig Zeller llamada Componiendo la ilusión, junto a otros poetas

 

POEMAS

Foto de Paulo Burnay

Recuerdo aquella mirada/ sola rodando por la pendiente en una abreviatura insomne/ ¿ me buscarás en los territorios? salvajemente /el abismo directo hacia nosotros las cosas tienen un viejo carnaval en sus arenas soñaremos con otros en los lugares opuestos Tu boca pronunciará los adjetivos justos: “Demencial estremecimiento de la  imagen Corta en segmentos su nitidez”

&

Elementos nocivos
el mapa aumenta la capacidad
de reconocerse pedregoso – humeante
incluso suele inventar su propia línea de calor
pero la mitad de su configuración solo deduce
partes que intuyen y desmitifican el juego
debemos remarcar /obviar los recuadros
sobre los que delimita su presencia y concede
grados de exterminio.

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El frío es insoportable
las iniciales de tu seudónimo arquean los conductos
y nuevamente el lenguaje se de construye/( los paradigmas)
los nombres serán usados nuevamente por ellos
las galaxias en el medio de las habitaciones y la estufa
como un intermediario entre nosotros y los demás habitantes
tanto odio nos expele la lujuria y el viento norte nos repite
una faceta desconocida hasta que los hijos del aire repiten
esa asunción y no existen las herramientas ni los pocillos
no existen las manos ni los pies ni los hombres que se derrumban
entre las cicatrices de la urbanidad en donde el centro la saliente
los rincones de la residencia disuelta en sus amnios en sus luces
sus enormidades sin esquinas ni templos.

&

La longevidad de los astros retorna siempre al mismo lugar

es la hora de los caparazones /miran los sueños sus eternos pozos de incertidumbre

luego culminan sus retoños/ las longitudes miran por ojos inexistentes pero la oscuridad

aún tiene labios y cuerpo de hembra y aún sonríe dentro de los organismos y aún muestra

el  frío su cara de alunizaje /es innegable las horas disgregan un eterno horizonte de arroyos

la bruma despedaza los lechos de los supuestos imaginarios.

 &

La palabra está dentro ronda como una sílaba
Y acaso tenga algo más que decir que solo miradas
quizá no puede ser dicho si no es desde la cima de esa torre
o hasta que dejen de pronunciar los símbolos equivocados
La seña la santa señal detenida haciéndose trizas antes de caer
Y volver a ser dilatación en el suceso de desgracia o de venganza
Ella destino ella en la única forma del destierro llamada por sus pares
Ella sucesora y hembra acabada de engendrar tiene sus ecos sus íconos
entre las sepulturas ellos encienden los cuartos pretéritos les pesa la voz
los actos de la naturaleza la estereotipada manera de ser.

&

Descenso

La sombra parece abarcar pensamientos desiguales/ una cruz en tu mirada

es la oscuridad que yo espero a pesar de los rumores de los fallecidos.

Estamos situados en el límite.

No nos dejan aullar ni agruparnos con las estrellas inmóviles.

No conocemos el amanecer de los perros rabiosos/ pero yo te digo

que la locura tiene diferentes retratos y se derrumba cuando se mira al espejo.

No seamos como ellos

posiblemente tengan nuestro rostro entre sus rodillas.

Y ejecuten varias marionetas antes de la salida del sol.

 &

A veces tu voz me abandona pisa los trazos que dejamos los descendientes

acabamos de partir es así de lejana la tierra durante los siglos depositan

flores sobre nosotros/ el hecho de mirarte me deja en paz tus manos

fabrican las distancias y  yo no niego la locura. Es un sino sobre ellos

y es que tu piel puede inmovilizar el ardor de almas fulgurantes/ vienes

cada día del año entonces recuerdo mis otras cicatrices y lloro.

  &

Una sombra se localiza sobre partes de mi piel

Entro en las penumbras para acercarme a ti

En la mitad del cielo aclaras las señales y dejas un testigo

La piel es débil los trazos aumentan la necesidad de inventarnos

de ensombrecer los rostros como aguas se alejan en dirección al norte.

&

Una lágrima tuya –una lágrima en el lugar de los desastres La sal como un grito –pasea ardiente por los páramos de estas tinieblas Quisiera llamarlos –pedirles cualquier cosa-por ejemplo desnudar el resto de tu perspectiva pero quizá se derrumben nuestras figuras las regiones perforen a los caídos y sus ojos mueran dentro de los sueños. Por eso si he de verte-que sea aquí-en esta playa-en la procreación exacta de la luz es verdad que tu voz alucina el dios de las masacres y tus manos ansían extenderse más allá. Cada rostro es un maltrato hacia la vista o una oscuridad revivida desde los últimos rastros no sé la noche no sé los cuerpos.

&

Mi padre recorre los rieles de la memoria

sitúa flores de plástico simula una revelación

más tarde lágrimas una hogaza de pan y el triste recuerdo

transitado por las vías del tren hacia Temuco

nos dijeron que no estaban que no estábamos presentes

en aquella lentitud de los días dormidos de la entrada de las lluvias

nos dijeron cierren las puertas antes que lleguen ellos

y se lleven todo como se llevaron a los niños nos abandonaron aquí

debajo de las ropas como un asalto hacia las últimas confidencias.

y artistas visuales.

Foto de Paulo Burnay

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2 comentários em “RESEÑA & POEMAS DE Claudia Isabel Vila Molina”

  1. Benedicto Cerdà diz:

    Muy buena poesía. Felicitaciones.

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